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Los Verdes + o menosDaniel Cohn-Bendit se ha convertido en un incendiario eurodiputado francés. La provocativa decisión de Les Verts franceses de proclamar a Dani el rojo como su candidato ha sido un potente factor dinamizador que ha permitido conseguir un 9,7% de los votos y una cosecha de 9 escaños. Pasar de la nada, del infierno al Cielo, es espectacular, pero puedes resfriarte. Por un lado, Los Verdes franceses han saltado deportivamente la barrera del 5%, pero queda por saber si serán capaces de encabezar una nueva izquierda europea. Cohn-Bendit ha sido, desde el primer día, el blanco de los cazadores y la extrema derecha. Ellos han sido los artífices involuntarios de la campaña. Su condición de alemán y de origen judío ha sido un aliciente para el voto juvenil. Veinte de cada cien jóvenes menores de 24 años lo han votado y muchos por primera vez. Dani no ha envejecido: continua siendo un político heterodoxo, vanidoso e informal. Un político que conecta, cuyas reflexiones no te dejan indiferente y cuya presencia se hace notar. Será el líder del nuevo Grupo Verde en el Parlamento Europeo con 37 diputados, diez más que la legislatura anterior. Si los verdes franceses han recuperado su presencia en el parlamento europeo tras una legislatura de ausencia, los verdes alemanes han reducido sensiblemente su participación. De 12 diputados han pasado a 7 y del 10 a un exiguo 6,7% de los votos. A estos eurodiputados se suman dos irlandesas, un inglés, cuatro holandeses, tres flamencos, dos valones, dos italianos, un luxemburgués, dos austriacos, dos finlandeses, dos suecas Mientras, los mediterráneos, salvo los italianos, no llegan a arrancar. En Portugal, Os Verdes han concurrido en alianza con los comunistas, sin que Manuela Cunha haya conseguido los votos para salir elegida. En España, la dispersión se ha encargado nuevamente de que los verdes queden a las puertas del Parlamento Europeo. Los Verdes-Grupo Verde ha conseguido 140.000 votos y la lista promovida por IC ha quedado en la cuneta con casi 300.000. En realidad, el voto verde se ha dispersado en otras candidaturas como BNG, EH, la Confederación de Organizaciones Feministas, otras candidaturas progresistas y, presuntamente, en el voto en blanco y la abstención. El liderazgo del Guti se ha confirmado como tedioso. Aunque los comentaristas políticos locales lo traten con cariño, mimo y deferencia, la lista que encabezaba parecía mas bien un sindicato de viejas glorias (Guti, Mito y Labordeta) sin la presencia de ecologistas, feministas o líderes de movimientos sociales conocidos. La atonía y el poco bullicio era una premonición. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. La dirección de IC, con todo el respeto por la exigua pero sacrificada militancia, afirma estar en la senda ecologista pero da la impresión de estar en la senda de los elefantes: una operación de marketing de su dirección en la búsqueda de un refugio seguro al resguardo de los temporales de las escisiones del PSUC, los desencuentros en la propia IC como la salida del PCC y Els Verds. Un paraguas verde en manos de Ribó para cruzar la calle y pactar con los socialistas en las mejores condiciones posibles. Este maquillaje ha permitido usar una denominación engañosa, un guión que simula que el matrimonio con Els Verds continua, aunque Els Verds leen, más que un guión un signo de "menos". Por este motivo, se han presentado con ERC con el signo de "mas" que enlaza, suma y diferencia ambas formaciones. Los Verdes no conseguirán representación si el elector debe descifrar a quién está votando con un manual para no perder el hilo. Si unos utilizan la marca sin tener la mínima presencia (Grupo Verde) y otros el Sol sonriente para intentar mantener a un postcomunista sin reciclar (Los Verdes-Las Izquierdas de los Pueblos) y Els Verds se presentan en octavo lugar de una coalición encabezada en última instancia por el PNV, no es de extrañar que muchas personas queden insatisfechas y consternadas. ¿Por qué no arranca la moto? Votantes existen. Ganas también pero da la impresión de que se pierden las mejores oportunidades, quizá la última para un proyecto verde peninsular. A partir de ahora, cada tribu tendrá que buscarse la vida, en su respectiva comunidad. Els Verds de les Illes lo han conseguido. Han logrado dos escaños al parlamento autonómico y un buen puñado de concejales, cosecha de una trayectoria coherente y tenaz. Els Verds han entrado en Barcelona, mal que les pese a los comentaristas políticos que borran su nombre, quizás para no reconocer su error o por dictado de antiguos amores psuqueros. Sea como sea, Los Verdes siguen siendo la alternativa pendiente y son observados con inquietud por los políticos profesionales de la transición. Su discurso contemporáneo se afina, sus propuestas ecosociales se consolidan, su espacio social se amplía. Lo que no acaba de cuajar es su espacio electoral usurpado por vampiros que buscan su subsistencia a corto plazo. Con ellos, no habrá buena cosecha. Quizás un poco de trigo para los pájaros y un poco de paja para los establos, pero no buena cosecha. Jordi Bigues. |
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